(de Willard J. Madsen)
¿Qué se asemeja a “escuchar” una mano?
Tienes que ser Sordo para comprenderlo.
¿Qué se parece a ser un niño pequeño
en una escuela, en un salón lleno de sonidos –
con una maestra que habla, y habla y habla
y que luego, cuando se aproxima a ti,
espera que sepas todo cuanto ha dicho?
Tienes que ser Sordo para comprenderlo.
¿O al maestro que piensa que para ser inteligente
Debes primero aprender a hablar con tu voz.
Y así, obsesivamente, con manos agitándose frente a tu cara
te vapulean por horas y horas sin paciencia ni final
hasta que de tu boca salga algún sonido como el que esperan.
Tienes que ser Sordo para comprenderlo.
¿Qué se parece a estar lleno de curiosidad,
a tener una enorme sed de saber que llamas tuya,
con un deseo interno que arde como llama
y preguntarle a tu hermano, a tu hermana o a tu amigo
para que te respondan diciendo tan solo “ah, nada importante”?
Tienes que ser Sordo para comprenderlo.
¿Qué se parece a estar castigado,
la cara apretada contra una esquina,
aunque no hayas hecho en realidad nada malo
- nada distinto a levantar tus manos
para tratar de comunicarle a un silencioso compañero
un pensamiento que llegará a tu mente una sola y única vez?
Tienes que ser Sordo para comprenderlo.
¿Qué se parece a que te griten
pensando que de ese modo te ayudarán a escuchar alguna cosa?
¿O a malinterpretar las palabras de un amigo
que procura explicarte el sentido de algo gracioso
y sólo logra que te sientas burlado?
Tienes que ser Sordo para comprenderlo.
¿Qué se parece a que provocar la risa en torno a ti
cuando tratas de repetir lo que se ha dicho,
sólo para estar seguro de que habías comprendido?
¿Y a cuando te das cuenta de no haberlo hecho,
y quieres gritar “por favor, ayúdame, amigo”?
Tienes que ser Sordo para comprenderlo.
¿Qué se parece a depender
de cualquiera que pueda oír
para llamar a un amigo,
o para telefonear en nombre tuyo a una oficina,
y verte obligado a revelar ante cualquiera cosas personales,
y descubrir que tampoco eso bastó
para que tu mensaje alcanzara su destino?
Tienes que ser Sordo para comprenderlo.
¿Qué se parece a ser Sordo y estar solo
en la compañía de quienes pueden oír,
y saber que a lo sumo puedes tratar de adivinar
lo que ocurre a tu alrededor,
y ninguna mano amiga hay junto a ti
que te asista en la imposible tarea de aprehender las voces y los sonidos?
Tienes que ser Sordo para comprenderlo.
¿Qué se parece a encontrarte en el camino de la vida
con extraños que abren su boca
y dejan salir de ella una línea apresurada
y no puedes ni entender las miradas que te lanzan
porque todo es nuevo y tú no sabes lo que ocurre?
Tienes que ser Sordo para comprenderlo.
¿Qué es semejante a comprender
unos dedos hábiles que describen una escena
que tú entiendes, y te hacen sonreír y estar sereno
con la “palabra hablada” de esa mano que se mueve
y te lleva, de alguna manera, a ser parte de este mundo?
Tienes que ser Sordo para comprenderlo.
¿Qué se asemeja a “escuchar” una mano?
Sí, tienes que ser Sordo para comprenderlo.
Traducido del inglés por Alejandro Oviedo,
Berlín, enero de 2007
Nota:
Willard J. Madsen es Sordo. Además de poeta, es lingüista, y profesor jubilado de la
Universidad de Gallaudet. Puedes encontrar el poema original en inglés (escrito en
1971) y más información acerca del Profesor Madsen en la dirección
http://library.thinkquest.org/26209/the_poem.html (Visitada el 02 de enero de
2007)
Fuente:
http://www.cultura-sorda.eu/resources/Madsen_tienes_que_ser_Sordo_para_comprenderlo.pdf
Aportación de Julio César Carballido: http://members.tripod.com/~PSV1/articulos/psv17.htm
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¿Y tu lo puedes comprender?
Ivo C.
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