Una mujer nació hace 61 años y una vez ...

... dijo que se iría a vivir al otro extremo del mundo y viendo un globo terráqueo, con su dedo, navegó el Mar Mediterraneo, con el cruzó el África sobre sus doradas arenas del Sahara, sintió con su yema el gran Atlántico, sobrevoló las Antillas y lo decendió sobre un territorio diez veces mayor a su Siria natal. Era México. Y ahí iría a vivir y a morir y a dejar lo mejor de sí: su conocimiento. Fue Ikram Antaki, nacida en Damasco, nieta del último gobernador otomano de Antioquía; educada en un entorno franco-árabe y quien aportó a la cultura mexicana su visión de como la democracia debe ser y de invitarnos a ver que lo que tenemos es algo que debemos conservar y defender y que existen los medios para poder cambiarla y transformarla.

Oírla era una delicia al intelecto.

Nos dejó un 31 de octubre en el 2000.

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