CARTA DESDE LA INDIA PARA MI AMIGO IVÁN HURWITZ
(de Víctor Pérez-Godoy: http://esp.mexico.org/lapalabra/colaborador/237/victor-perez-godoy)
Nueva Delhi, India. Primero de mayo de 2009.
Querido Iván:
Me encantó leer tus palabras, pues como siempre, son muy lúcidas. A diferencia de los Loret, las Michas y los Dórigas, que sólo producen simplezas verbales.
Al ver en las noticias de la BBC y CNN, así como en las de México por internet, todo ese vacío urbano que se ha generado,-debido a la influenza porcina-. No pude sino remitirme a aquél cuento anarquista del ruso, Leonidas Andreiev, que tenías y que leíamos y releeíamos de chicos.
Recuerdo que describía una ciudad que se encontraba vacía y unos padres de familia, que debían marcharse. Quizás huyendo del gobierno. Dejarían solos a sus hijos, en la casa. Pero confiaban en que llegarían a valerse por sí mismos. Recuerdo las descripciones de la ciudad sin ruidos. De cómo se volvía a escuchar la melodía de las aves, en sustitución del silbido de las fábricas. Lo límpido del aire. La ausencia de automóviles y carretas (estamos hablando de principios del siglo XX)
A cien años de distancia. En México. Y enmedio de la vorágine viral de la influenza porcina. Vuelve a haber, paradójicamente, un aire respirable. ¡El aire! ¿Quizás ahora se podrá volver a hablar de "la región más transparente del aire"?
Como dice el tan cacareado ideograma chino: Crisis: peligro y oportunidad. ¿No será acaso ésta, la oportunidad definitiva, para crecer como seres humanos? Hasta ahora, que yo sepa, no han habido ni vandalismo ni pillaje. El mexicano no ha sacado las uñas todavía. Quizá bajen los índices de violencia. Por lo menos a un nivel de tregua. Aunque sea por unos pocos días. No estoy allá. Pero al igual que tú. Pienso en el 85. Cuando los mexicanos salieron a la calle para brindar su solidaridad al caído. Ahora los mexicanos van hacia dentro. A no hacer otra cosa que mirar la televisión, el internet, o la pared. Algunos tal vez se aburrirán. Otros, probablemente se descubran a sí mismos en la autorreflexión.
-Ante el peligro de muerte, que se aproxima. ¿He vivido plenamente? ¿He amado con esmero y profundidad a alguien más? ¿Me he amado a mí mismo lo suficiente? ¿Qué cosas he aquilatado a lo largo de los años? ¿Tengo amigos? ¿Reconozco lo que mis padres han hecho, para que yo fuera quien soy? ¿Qué le dejo a aquellos que nacieron después de mí?
Habrá quiénes prefieran simplemente leer un libro y aprender de la sabiduría de los extraños. Algunos mas, jugarán a la baraja. Hablarán por teléfono. Tomarán una pluma para escribir un poema. Aquél seguramente hará fotografías desde la ventana, de la ciudad quieta. ¿Acaso ahora será posible retratar el silencio?
¿Es ésta, la oportunidad que los mexicanos estábamos esperando, para revalorarnos como pueblo? ¿Servirá esta crisis únicamente para llorar y lamentar nuestra mala suerte?
Cuando se abran las puertas y el ciudadano común salga de nuevo a la calle. ¿Será el niño tambaleante de hasta ahora, quien peine tímidamente las banquetas? ¿O el adulto de paso firme que sabe con precisión, hacia dónde quiere dirigirse?
Fuente: http://esp.mexico.org/lapalabra/una/38633/carta-desde-la-india-para-mi-amigo-ivan-hurwitz
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